Cuatro años después de la aprobación por referéndum del Estatut de Catalunya, el Tribunal Constitucional ha llegado a un consenso de cómo usar la tijera para recortar el ya recortado texto estatutario.
La historia del Estatut es la historia del patetismo político español y catalán, de las pugnas ínter burguesas, y de cómo, la eternamente irresuelta cuestión nacional de los Pueblos y Naciones del Estado Español, sigue sin resolverse de una forma definitiva y democrática, a la vez que se utiliza como arma populista por los distintos actores políticos de las burguesías del Reino de España.
Los y las comunistas del PCPC, a pesar de estar en contra de un Estatut que, ni mucho menos responde a los intereses de la Clase Obrera catalana ni del conjunto de sectores populares de Catalunya, reconoce que la sentencia del Tribunal Constitucional es un atentado a los más elementales valores democráticos y a lo expresado electoralmente en un referéndum.
Lo que está claro es que, lo que mal empieza, mal acaba, y el Estatut promovido por la burguesía catalana, ya desde sus primeras discusiones, no contó con el consenso de las distintas facciones de la burguesía nacional. La ruptura se escenificó con el apretón de manos entre Zapatero y Mas, poniéndose de manifiesto como CiU le pasó la mano por la cara a ERC, y como el PSOE desautorizaba a Montilla y al tripartito catalán del PSC, ERC e ICV-EUiA.
Si entre las facciones burguesas catalanas hubo puñaladas, no podíamos esperar menos entre las facciones burguesas españolas, y la ultraderecha del PP vio la oportunidad de fustigar a los liberales del PSOE, a la vez que agitaba la bandera de la unidad patria y el temor al rojoseparatismo.
Finalmente, Catalunya tiene un texto pasado por la criba del pacto PSOE-CiU y por la criba del TC a instancia del PP. Los y las comunistas solo podemos decir que, poco importa lo que exprese el electorado en un referéndum, que poco importan las necesidades e intereses de la clase obrera, que los parlamentos y tribunales son instrumentos de clase, y como tales sirven a los intereses de las clases dominantes, y, que en último término, lo que se ha demostrado es la escandalosa debilidad de las socialdemocracias catalanas (PSC, ERC y ICV-EUiA) y españolas (PSOE e IU), y que las derechas, representadas por CiU y por el PP son las que acaban imponiendo y delimitando el juego político y económico.
Al igual que ha pasado con la imposición de la próxima reforma laboral, en el caso del Estatut, se han impuesto los criterios de los sectores más reaccionarios de la burguesía, quedando la socialdemocracia cautiva y rehén de los ultras del PP y CiU, quienes tienen la última palabra.
Los y las comunistas del PCPC, ante lo sucesos entorno al Estatut, manifestamos que una vez más queda al descubierto la incapacidad de los nacionalismos español y catalán de articular una solución democrática a la cuestión nacional que incumbe a los Pueblos del estado. Bajo la monarquía y bajo los intereses de las distintas facciones burguesas solo encontraremos imposición, violencia, demagogia y populismo.
Desde el PCPC nos reafirmamos en una salida democrática y que responda a los intereses de la clase obrera de los distintos Pueblos del estado. Debemos derrocar a la monarquía e iniciar un proceso constituyente que culmine en una República Popular y Democrática, se debe reconocer el derecho a la autodeterminación de los Pueblos con todas sus consecuencias, y proponemos un marco estatal de carácter confederal bajo los principios internacionalistas de Unión Libre de Pueblos Libres.
Llamamos al conjunto de la Clase Obrera catalana a secundar los actos y manifestaciones contra los recortes al Estatuto, solo con la movilización y la lucha, hoy en defensa de los derechos y libertades de Catalunya, y en unas pocas semanas, en la Huelga General, en defensa de los derechos de nuestra clase, podremos pararles los pies.
Por la Autodeterminación, por el Socialismo: IIIª República Socialista y Confederal.
Barcelona, 29 de Junio de 2010