Article de Ferran Nieto, militant del PCPC
Dentro de la izquierda del Estado Español las agresiones imperialistas contra Libia y Siria han vuelto a poner en evidencia las profundas diferencias entre quienes nos reclamamos revolucionarios y antiimperialistas.
Diferencias que se resumen en dos posiciones difícilmente conciliables, poniendo el ejemplo libio, estamos los que consideramos que se trata de una agresión en toda regla del imperialismo contra una nación soberana, y están los que consideran que se trata de una rebelión popular contra una sangrienta tiranía y que la intervención de la OTAN es un acto oportunista del imperio.
Estos sectores de la izquierda, yo quiero entender que de buena fe, tienen la convicción que la rebelión libia (y la siria) tiene un carácter popular, hasta revolucionario, no sin causarme una sonrisa, se hacen llamar o les llaman Ni-Ni, “ni con Gadaffi ni con la OTAN… con los rebeldes”.
Quienes hemos defendido, el carácter imperialista de la agresión, y que esos supuestos rebeldes no son más que grupos armados y financiados por el imperio, se nos ha tachado de estalinistas (apelativo que, por cierto, no es que ofenda aunque sea una imprecisión conceptual propia de un aparato de propaganda enemigo), de fachas, de viejunos nostálgicos de la guerra fría, y no sé cuantas más sandeces.
Este artículo no tiene pretensiones de ser un artículo de investigación profundo, más bien espero sirva para empezar a dar y quitar razones. Una de las dificultades que nos encontramos aquellos que aspiramos a comprender el mundo para cambiarlo, es que el tiempo histórico corre a una velocidad muy distinta que nuestro tiempo biológico. Este desfase favorece el olvido, sobretodo el olvido de las falsedades y las mentiras vertidas para justificar la infamia.
Uno que ya empieza a tener las primeras canas, cuando escucha los argumentos de aquellos que se identifican con los postulados ni-ni, inmediatamente recuerda los argumentos y las personas que apoyaban a la UÇK en Kosovo. Muchos eran las mismas personas y organizaciones que hoy me llaman "izquierdista viejuno totalitario estalinista blablablá", son los mismos que decían que no estaban ni con Milosevic ni con la OTAN, que estaban con los rebeldes revolucionarios de la UÇK.
El tiempo ha pasado y nadie habla ya de Kosovo y menos de la UÇK, tampoco hablan los que la apoyaron, supongo que por vergüenza, porque una cosa si tiene la historia, y es que tarde o temprano lo pone todo (y a todos) en su lugar. Por eso hablar hoy de la UÇK es hablar de una banda mafiosa que cometió crímenes de lesa humanidad contra los serbios kosovares, hablar de Kosovo “independiente” es hablar de miseria, cárceles secretas de la CIA y de la mayor base norteamericana del mundo.
Pero cuando hablamos sobre Siria o Libia hoy, nos es difícil aún extraernos de lo inmediato, de la propaganda de guerra imperial y de los intereses (muchas veces mezquinos) de la política local.
Aún podemos discutir si los supuestos bombardeos de la aviación a civiles fueron ciertos o no, o de si fuerzas especiales de la OTAN participaron y participan desde el primer momento en operaciones de entrenamiento, sabotaje y guerra. Hasta podemos discutir sobre si las noticias de soldados cargados de viagra violando pobres e indefensas mujeres por doquier son ciertas, podemos discutir si los supuestos rebeldes libios han cometido masacres y torturas, podemos discutir sobre la entrada de armas a Siria desde Irak y el Líbano y sobre los centenares de soldados sirios asesinados y torturados, al parecer por los mismos “activistas pacíficos” del Twitter y el Facebook.
Pero estas discusiones son estériles, y creo que a estas alturas de la historia de las izquierdas, difícilmente habrá consensos al respecto. Los de la orgullosa izquierda viejuna y los aparentemente jóvenes y modernos ni-nis, aunque mucho me temo, que son los viejos conocidos del pasado de nuestros padres y abuelos, nunca nos pondremos de acuerdo.
Para salir del endogámico circulo de lecturas revolucionarias, tengo la mentalmente insana costumbre de periódicamente repasar los medios del enemigo, tanto los de masas como otros más especializados. Entre estos últimos, hay un medio digital del que obtengo información de alto interés, es una revista especializada en seguridad y defensa, una de esas revistas para miembros del ejército, contratistas y especialistas varios, su nombre Atenea Digital.
Este lunes 8 de agosto me encuentro con un artículo publicado por el Coronel de la Infantería de Marina Española Enrique Fojón, quien además es licenciado en derecho. El artículo se titula “Enseñanzas de la crisis en el Mediterráneo (IV)”, quien quiera consultarlo puede hacerlo en: http://www.revistatenea.es/RevistaAtenea/REVISTA/articulos/GestionNoti cias_5361_ESP.asp
Imagino que nadie con un mínimo de sentido común considerará la revista Atenea Digital ni al Coronel de la Infantería de Marina Enrique Fojón como amigos de Gadaffi y, ni mucho menos, de la izquierda viejuna estalinista. Más bien, y creo no ser muy imprudente si afirmo que, dicha revista y la mayoría de sus articulistas, reflejan el pensamiento y la doctrina militar española y de la OTAN, o lo que es lo mismo, el pensamiento y doctrina del imperialismo.
Como es una revista muy especializada y con un público muy limitado, no es una publicación que reproduzca los discursos propagandísticos de los medios de masas, por lo que le doy una alta credibilidad en lo concerniente a qué piensa y que escenarios planifica en lo militar la burguesía, más allá de las viagras y de los malos malísimos de Gadaffi o Al-Assad.
El artículo es una joyita, os lo aseguro, pero me ha sorprendido que el Coronel Enrique Fojón, licenciado en derecho, sea capaz publicar sin ruborizarse lo siguiente, y cito:
“La subestimación reside en provocar una "guerra humanitaria" sin medir sus consecuencias. El error político fundamental es que se "fabricó" uno de los bandos y se creó una situación virtual de la que se "dedujeron" elementos de juicio para tomar decisiones, algo parecido a "Matrix Redux".
Prefiero no opinar al respecto, ya que lo escrito habla por sí solo, pero que un coronel de un ejército de la OTAN, en una revista especializada dirigida a personal militar, diga que uno de los bandos fue “fabricado”, y dudo que se refiera al bando de la bandera verde, deja a los ni-nis en una posición un poco incómoda.
Porque si los héroes rebeldes que luchan contra la tiranía del sanguinario Gadaffi son una fabricación del imperialismo de los EEUU y la UE, ya a los manidos “Ni Gadaffi, ni OTAN” se deberá añadir un absurdo “ni rebeldes”.
Nuestros entrañables ni-nis deberán llamarse ni-ni-nis, otro mito, como el de la UÇK, se cae, supongo que los rebeldes libios irán al baúl de la historia de esa izquierda que supongo bienintencionadamente, acaba haciéndole el juego al imperio.
Hoy Gadaffi se vuelve a configurar como el líder antiimperialista árabe de antaño. Hoy en Libia y en Siria se libra una nueva batalla entre el imperialismo y los pueblos libres y dignos.
Los comunistas, no nos dejamos engañar por la propaganda de guerra del imperio, ni nos acomodamos en posiciones de aparente neutralidad, nos mojamos y siempre apoyamos a aquellos pueblos que se resisten a sucumbir ante el imperio y levantan dignamente la bandera de la independencia y la libertad.
Seguramente, mis compañeros y compañeras de izquierda ni-nis o ni-ni-nis, consideren este modesto artículo una provocación, una infamia de un "viejuno estalinista", pero, más allá de los titulares y de los informativos de los órganos de propaganda del régimen burgués, la realidad es la que es.
La historia sigue su curso, y hoy tiene dos posibles finales, o el socialismo o la barbarie, nuestros ojos presencian mucha barbarie y poco socialismo, pero a nuestra vista está la determinación de la nación cubana, venezolana y del conjunto de pueblos latinoamericanos, a la vista está el heroísmo del pueblo libio resistiendo los feroces bombardeos de la OTAN, negándose a entregar la Patria conquistada a los traidores y a los extranjeros, a la vista está como se levanta el pueblo nepalí que decide iniciar el camino de la construcción del socialismo. Solo hay que saber mirar.
Mientras caen los misiles sobre Trípoli, buena parte de la nueva izquierda se pierde en el debate pre-electoral, perfila sus alianzas, busca sus espacios, presenta sus propuestas de alianza para la construcción de un nuevo espacio con nuevas propuestas que sepa recoger el espíritu de la indignación, nuevos espacios que huelen a viejo, nuevas propuestas que no son más que refritos del viejo reformismo y oportunismo.
Mientras, los viejunos, miramos con ilusión cómo despierta América Latina, miramos con admiración cómo la clase obrera griega se levanta, miramos con orgullo como resiste el pueblo de Libia al fascismo imperial, y sobre todo, miramos con esperanza nuestro futuro, seguros de que nuestra determinación y firmeza es la única garantía de derrotar y superar el caduco capitalismo, abandonando la barbarie para dirigirnos al socialismo y al comunismo.
Nuestra consigna no puede ser otra que, ¡TODO PARA LOS PUEBLOS! ¡TODO PARA LA CLASE TRABAJADORA!
Ya sea en Caracas, Trípoli, las montañas de Colombia, Minsk o Katmandú, ¡NO PASARÁN!