dilluns, 10 de novembre del 2008

REVOLUCIÓN DE OCTUBRE. SOCIALISMO O BARBARIE.

Comité Ejecutivo del Partit Comunista del Poble de Catalunya

Barcelona, 8 de Noviembre de 2008

Hace 91 años, en 1917, por primera vez en la historia se instauró la dictadura del proletariado y se creó un nuevo tipo de estado, el Estado Socialista. Los soviets fueron la forma de esa dictadura del proletariado que transfirió el poder a los obreros, soldados y campesinos, implantando una democracia radicalmente distinta al régimen dictatorial burgués: la democracia para la mayoría del pueblo.

El triunfo de la Revolución de Octubre, a parte de las grandes conquistas políticas y sociales en el interior de la Unión Soviética, rompió el frente del imperialismo mundial, abrió la primera gran brecha de liberación de los pueblos del mundo. La Revolución de Octubre contribuyó sobremanera al proceso de descolonización y su autoridad moral en el ámbito internacional fue un impulso decisivo para que muchos países alcanzasen la independencia.

Con su ejemplo, la ideología marxista-leninista impregnó las mentes de las masas en amplios sectores del movimiento obrero y el movimiento popular; la organización leninista en el movimiento obrero dotó a éste de una vanguardia revolucionaria potenciando a los partidos comunistas y al movimiento sindical de clase. Las conquistas de los trabajadores en los países capitalistas desarrollados y emergentes, llegaron a cuotas anteriormente nunca alcanzadas.

La restauración del capitalismo en la URSS y en los países del Este de Europa, por causas internas y externas; errores de desviación ideológica y política, y el combate contra la Unión Soviética en el plano de la guerra fría: armamentista e ideológica, es decir con la violencia belicista imperialista y las corrientes del revisionismo engendradas por el trotskismo y el eurocomunismo. Pese a todo, los cantos apologéticos que pronosticaban el fin de la historia, el fin de las ideologías y el fin de la lucha de clases, a la caída de la URSS; que teorizaban el nacimiento de un orden nuevo de paz multilateral y de prosperidad económica, no fue más que una patraña histórica urdida por las camarilla de la potencia norteamericana desenfrenada de arrogancia, preocupada por someter al mundo a los pies de sus intereses imperiales.

La onda expansiva del tsunami financiero ha arrasado el poder absoluto de los que anunciaban el fin de la historia, el endeudamiento del gobierno Bush se cifra en más de 13 billones de dólares. La debacle financiera llega después de la crisis alimentaria que ha elevado la cifra de los hambrientos en 1.000 millones en lo que va de 2008, siendo ya más de 2000 millones de seres humanos los que se hallan en esta criminal situación.

El endeudamiento concedido a los estados pobres por la política del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM), conlleva a que haya países en extrema necesidad que dedican un tercio de sus recursos a pagar la deuda externa, aunque solo sea para amortizar los intereses; deudas contraídas con los países ricos para la compra de armas por dictadores, algunos ya desaparecidos, y otros préstamos para comprar tractores; deudas que se han vendido por los gobiernos usureros, a precio de saldo, a acreedores privados, convirtiendo dichas deudas en mercado de “futuro” triplicando su valor de origen, que hasta se cotizan en bolsa. Son los denominados fondos buitre.

Los que celebraban la caída del muro de Berlín barruntando el fin de la historia y el comienzo de un nuevo orden, diseñando la nueva estrategia del modelo de acumulación capitalista, son los responsables de las actuales formas de dominación de clase de las oligarquías transnacionales, basada en la economía parasitaria, en las guerras de rapiña, en el recorte de libertades, de bienes materiales y del incremento de la represión. No solo eso, con el monopolio de la información y la opacidad de los sistemas educativos, intentan ir a la devastación de las ideologías.

La esclerosis financiera amenaza seriamente con la profundización y extensión de la recesión mundial, en nuestro país ya tiene consecuencias en miles de trabajadores afectados por los expedientes de regulación de empleo, como los de Nissan, Seat, Frigo, Renault...; el recorte de los convenios colectivos, el recorte de las partidas sociales en los Presupuestos Generales del Estado y de la Generalitat; como consecuencia, arrumbando la tan cacareada Ley de Dependencia. El frenazo del sistema crediticio financiero pone en peligro la supervivencia de la pequeña y mediana empresa, incrementando aún más el ejército de parados y paradas.

Los remedios a la crisis mundial del capitalismo, que intentan aplicar los mismos que la han creado, se basan en la receta perversa que utilizan siempre: una vez privatizada la economía boyante pública y dilapidada ésta, “nacionalización” coyuntural de la economía deficitaria con los fondos de los contribuyentes y con nuevas contribuciones fiscales a cargo de las economías domésticas.

El Comité Ejecutivo del PCPC ha examinado la situación descrita, junto con el desarrollo de la lucha de clases en el plano internacional, de lo cual se constata también una actitud de resistencia emancipadora de los pueblos, una extensión de la conciencia de rechazo a los planes globales y locales del neoliberalismo. Forman parte de ello: la guerra de Irak, en la que los norteamericanos están hundidos; la guerra falsa contra el terrorismo, cada vez más desacreditada; el intento de extender la guerra a Irán, que lo que hace es potenciarla más; la extensión bélica a Pakistán, ayudando a la descomposición de su entramado pro yanqui; Afganistán, con aumento de las bajas militares de ocupación; el Cáucaso, con el fiasco de Georgia. Y la resistencia del Frente Polisario por la plena soberanía del Sahara, asimismo la constante lucha del pueblo palestino.

Igualmente saludamos los avances en toda América Latina, el papel pionero de la República de Cuba y la valiosa aportación de la Revolución Bolivariana de Venezuela en su fase antiimperialista.

El PCPC considera absolutamente necesaria una alternativa de poder al modelo de dominación burgués a nivel mundial, comenzando por el cambio de nuestro propio régimen de cretinismo parlamentario monárquico –que diría ahora Lenin-; mediante la movilización ciudadana en la perspectiva de un proceso constituyente hacia un Estado Republicano, Socialista y Confederal de pueblos libres.

El PCPC celebra el 91 aniversario del triunfo de la Gran Revolución de Octubre y reafirma, una vez más, su fidelidad a los principios ideológicos del marxismo-leninismo. En este contexto, Cuba Socialista sigue siendo un ejemplo de todos los revolucionarios y revolucionarias del mundo.